Dos partidas que conmueven al deporte correntino
Juan Carlos Mendiburu y Mario Rey, referentes de sus épocas y orgullosos defensores de la selección provincial, dejaron una huella imborrable en el deporte y la comunidad.
BÁSQUET
12/19/20253 min read


El básquet de Corrientes y la región volvió a vestirse de luto tras conocerse recientemente los fallecimientos de dos personalidades que dejaron una huella profunda en la historia del deporte: el mercedeño Juan Carlos “Carlito/ Mencho” Mendiburu y el capitalino Mario Rey. Ambos, en distintas épocas y con estilos diferentes, defendieron la camiseta de la Selección de Corrientes y forjaron trayectorias que hoy se recuerdan con respeto, admiración y gratitud.
Mendiburu: el talento explosivo que marcó a una generación
Pocas figuras del interior provincial lograron alcanzar la relevancia y el cariño popular que se ganó Juan Carlos Mendiburu, un jugador de condiciones naturales excepcionales y una personalidad entrañable que lo acompañó durante toda su vida deportiva. Su nombre quedó para siempre vinculado al título argentino juvenil obtenido por la Selección de Corrientes en 1974 en San Salvador de Jujuy.
Su carrera lo llevó desde sus primeros pasos en Mercedes al Club Córdoba de la capital, donde vivió, estudió y se formó como jugador al calor de figuras históricas como “Antorcha” Esquivel y “Yiyo” Barrios. Más tarde, recomendado por Francisco “Pirulo” Rajoy, llegó a Independiente de Neuquén para disputar torneos regionales, antes de volver a Corrientes para integrar planteles de Regatas en recordadas giras.
Luego regresó a Mercedes en 1985 y brilló con Atlético en duelos provinciales de altísimo nivel. Allí, entre batallas deportivas, surgió uno de los capítulos más emotivos de su vida: convocado por el entrenador Javier Moretti para volver a jugar -apenas unos minutos, según le pidieron- terminó siendo capitán y jugando más de treinta por partido, liderando a un equipo que movilizó a toda la ciudad.
Mendiburu fue también formador, responsable de la escuela de minibásquet de Atlético, y más tarde volvió a Corrientes por invitación del recordado “Negro” Velozo. En veteranos, en los torneos “Cola Gómez”, aún mostraba destellos de ese juego explosivo que lo convirtió en referencia: salto imponente, lectura de juego, carácter, estilo y una capacidad anotadora sin techo.
Homenajeado por municipios, clubes y la propia Federación de Básquet, Mendiburu fue -para jugadores, entrenadores y aficionados- el gran embajador mercedeño en la historia del básquet provincial, dejando una marca imborrable en cada lugar donde botó una pelota. Su último tiempo lo encontró trabajando en programas sociales del Gobierno provincial, siempre cerca de la comunidad. Un crack adentro y afuera de la cancha, escribió para época Rafael Fondón.
Rey: jugador, dirigente y un apasionado motor de la vida comunitaria
La despedida de Mario Rey también golpeó fuerte al ambiente del básquet correntino. Formado en el Club Básquetbol Córdoba, integró el recordado equipo que jugó la vieja Liga B, antecedente del TNA. Aquel plantel, dirigido por Antonio Manno, fue protagonista de una revolución deportiva en la capital con jugadores de prestigio como Orlando Salinas, José Fernández, el “Chiquito” González o los estadounidenses John Bailey y Bernard Brown. Se recuerdan con especial afecto los clásicos con Alvear y con Cosecha de Resistencia.
Posteriormente, Rey tuvo un gran paso por Hércules, donde obtuvo el título de la Asociación capitalina en 1986, en una histórica final ante Córdoba en un Juventus repleto. Compartió equipo con figuras como Julio Salinas, Horacio Sotelo o el “Chacarero” Bartlett, bajo la conducción de Roberto Gerometa. También tuvo un período en Pingüinos en competencias locales y provinciales.
Pero su trascendencia fue más allá del deporte. Una vez retirado del ámbito deportivo, Rey volcó su capacidad de trabajo, su creatividad y su pasión al mundo de las comparsas, primero en Copacabana, luego en Sapucay y finalmente como uno de los motores de la creación de Arandú Beleza, donde dejó una impronta tan fuerte como la que había dejado en las canchas. Comprometido, meticuloso y leal, fue -como definieron quienes lo conocieron- “un tipo fuera de serie, comprometido en todo lo que emprendía”.
Sus amigos, compañeros y rivales lo tendrán siempre presente. “El deporte y la cultura te recordarán siempre… dejaste muchas cosas”, escribió Guillermo Gómez, sintetizando el sentimiento compartido.
Dos historias, un mismo legado
Mendiburu y Rey, cada uno desde su propio camino, representan una época del básquet correntino donde la pasión, el sacrificio y el amor por la camiseta eran valores irrenunciables. Ambos vistieron la selección provincial y ambos trascendieron más allá de los tableros: uno como referente deportivo y formador, el otro como dirigente cultural que llevó su compromiso a la comunidad.
El básquet de Corrientes pierde a dos de sus nombres propios, pero conserva —y honra— la huella profunda que dejaron. Que descansen en paz.
Texto: Sports Corrientes.
Fuentes: Rafael Fondón (diario época) y Guillermo Gómez (Eventos & Marcas).
Fotos: diario época y Radio Nord.
