Ignacio Espínola Serial: “El apellido no es una presión, es una motivación”
El juvenil correntino, que viene de conseguir la medalla de oro en los Panamericanos Junior Asunción 2025 es sobrino de Camau y María Inés Espínola, y uno de sus entrenadores es Sebastián Crismanich.
TAEKWONDO
9/2/20253 min read


El correntino Ignacio Espínola Serial atraviesa uno de los momentos más significativos de su joven carrera deportiva. Con apenas 17 años, se consagró campeón Panamericano Junior en taekwondo, categoría -58 kg, en los II Juegos Panamericanos de Asunción 2025. El título llegó tras vencer en la final al brasileño Matheus Gonçalves por 2-1, resultado que le otorgó la medalla de oro y la clasificación a los Panamericanos de mayores en Lima 2027.
En diálogo con DeporTV Central, Espínola repasó las sensaciones vividas en la final: “Fue un momento de nervios, un poquito de estrés porque era una final, pero traté de tomarlo como un combate más. Estaban todos mis familiares en la tribuna y se escuchaba cada punto, a favor o en contra. Obviamente me impactó un poco, pero me sentí bien y lo llevé bien al combate”.
El joven correntino relató un pasaje clave que le permitió advertir que podía ganar. “Hubo un momento en el que el brasilero se me vino encima, muy agitado, casi para descansar sobre mí. Ahí pensé que si aguantaba ya estaba. Cuando en una acción atacó con la patada, cayó al piso y dejó de atacarme, mi cabeza me dijo: ‘acá está, ya es el momento’”.
El peso de la experiencia y la preparación mental
Más allá de la técnica, Espínola hizo hincapié en la importancia de haber acumulado torneos previos: “La experiencia es vital. Obviamente hay gente que gana sin tener tanta, pero tarde o temprano hay que sumar recorrido. A mí me ayudó mucho aprender de mis compañeros y entrenadores”.
El correntino también destacó el trabajo psicológico en su preparación: “Capaz tengo un poquito de nervios, pero no a grandes escalas. Gracias a Dios tengo un psicólogo deportivo con el que practico el control de las emociones. Eso me ayudó a mantener la tranquilidad”.
Una decisión de vida
El oro en Asunción es la culminación de un camino que empezó con dudas, pero que terminó en pasión plena: “La verdad que elegir el taekwondo no fue fácil. Hice muchos deportes. Estuve a punto de dejarlo, hasta que Mauro (hermano de Sebastián Crismanich) me invitó a probar esta modalidad. Al principio no me llamó mucho la atención, pero cuando fui a un campus y a un torneo dije ‘quiero hacer esto’. Y cuanto más lo practicaba, más me enamoraba del deporte”.
En ese recorrido, también aparecieron otras disciplinas: desde la vela y el windsurf —con fuerte influencia familiar— hasta el rugby en el club San Patricio de Corrientes. Sin embargo, el taekwondo lo atrapó por completo.
“Con el taekwondo sentí una emoción que no me dieron otros deportes. Además, me enseñó principios que me hicieron crecer como persona: cortesía, integridad, autocontrol, perseverancia y espíritu indomable”.
Una herencia de gloria y nuevos desafíos
Espínola lleva en la sangre un legado olímpico. Es sobrino de Carlos Mauricio “Camau” Espínola, múltiple medallista en windsurf y yachting, y de María Inés Espínola, olímpica en Barcelona 1992. A la vez, es alumno del Team Crismanich, conformado por Mauro y Sebastián Crismanich, este último nada menos que campeón olímpico en Londres 2012.
“No lo vivo como presión, ni como una carga. Es una motivación enorme. Saber que mi apellido está en los libros olímpicos me lleva a pensar que yo también puedo lograrlo”.
El oro panamericano es apenas un paso en un camino que se proyecta hacia el próximo Mundial, aunque ahí surge una dificultad: “Para ir al Mundial me tengo que hacer cargo de los gastos, porque el presupuesto del ENARD estuvo enfocado en los Panamericanos. Estoy buscando sponsors o apoyo económico porque es una oportunidad única. Cualquier ayuda es bienvenida, y pueden contactarme en mi Instagram @I.Espínola”.
El sueño intacto
Detrás de cada triunfo, Espínola subraya el esfuerzo personal y la renuncia a momentos propios de la edad: “Hay mucho sacrificio: dejar salidas con amigos, renunciar al viaje de egresados o visitas a familiares, para dedicarme 100% al deporte. No lo considero un tiempo perdido, sino invertido en algo que me gusta y me permitió representar al país. Desde chiquito soñaba con llegar a la Selección y hoy puedo decir que lo logré”.
Con disciplina, madurez y una motivación inquebrantable, Ignacio Espínola Serial empieza a trazar su propio camino olímpico, inspirado por la herencia familiar, pero decidido a construir una historia propia en el taekwondo argentino.
Nota: Rubén Poletti.
Fotos: COA y captura de pantalla DeporTV.