Nordeste campeón: “Éramos los que más queríamos esto”, dijo Ignacio Meabe

Con el pulso todavía acelerado por un cierre electrizante, los protagonistas de Nordeste pusieron en palabras una consagración histórica. El seleccionado volvió a lo más alto del rugby argentino al quedarse con la Copa de Oro del 41° Seven de la República, disputado en Paraná, tras vencer en la final a un durísimo Entre Ríos, y sus referentes explicaron por qué este título quedará grabado a fuego.

Ignacio “Nacho” Meabe, autor de una conversión tan complicada como agónica que selló el triunfo sobre la hora luego del try de Ignacio Baltier, resumió el instante decisivo con sencillez y sinceridad: “Durante la euforia del partido lo único que pensaba era hacerlo, y me tocó meter esa patada para que podamos ganar”. Una ejecución cargada de presión que terminó desatando la fiesta de Nordeste.

Más allá del desenlace cinematográfico, Meabe destacó el recorrido que llevó al equipo a la gloria: “Este es un equipo que viene trabajando durante un mes y medio; considero que somos los que más queríamos esto. Muchos equipos se habrán juntado quizás cuatro veces, nosotros estuvimos casi dos meses, entrenando cuatro veces por semana”. El camino al título tuvo estaciones de alto vuelo: “Le ganamos al campeón anterior, Mar del Plata, a la URBA y al local, así que mejor imposible”, subrayó.

Durante el torneo, Nordeste supo dar vueltas resultados de partidos complicados con una gran actitud. En ese sentido, el apertura puso el acento en un valor intangible que terminó marcando diferencias: “La resiliencia que tiene este equipo es algo impresionante. Por ahí, en lo individual otros son mejores, pero nosotros, los 12 juntos, fuimos invencibles y lo demostramos terminando el torneo invictos”.

Su compañero en Taraguy, Baltazar Jabornisky, también dejó su mirada sobre una final cargada de tensión. Con una cuota de emoción confesó lo que vivió en la conversión decisiva: “En la patada de Nacho agaché la cabeza y estuve rezando, porque soy muy católico”. Luego, reconoció la exigencia del rival: “Entre Ríos fue muy, muy duro. La verdad que estoy muy contento”, y no perdió la autocrítica: “Hay muchas cosas que fallamos y tenemos que mejorar, pero lo que supimos hacer bien se mostró en la cancha y por eso ganamos”.

La consagración tiene un valor simbólico especial: Nordeste repitió un título mayor a nivel selecciones tras 33 años, y lo hizo con una fuerte impronta familiar y regional. Ignacio integró el plantel junto a su hermano Juan Martín, ambos jugadores de Taraguy, reciente campeón del Seven de la URNE y del ya clásico Seven del Nordeste. En las tribunas de Paraná, además, estuvo presente Juan Martín Meabe (padre), quien también supo ser campeón con Nordeste en 1992, cerrando un círculo cargado de historia, pertenencia y orgullo.

Una victoria que no sólo devuelve a Nordeste a la cima, sino que ratifica que el trabajo sostenido, el sentido de equipo y la convicción pueden imponerse incluso en los escenarios más exigentes del rugby argentino.

Nota: Rubén Poletti.

Fotos: Fernando Lara y UAR.